Normalmente el cannabis y el thc son bien tolerados, y no se conoce ninguna muerte atribuida de forma directa a su consumo. La dosis mortal media en ratas es de ochocientos a mil novecientos mg. (en dependencia de la raza) por kilogramo de peso por vía oral. Dosis imposibles para empleo en humanos.
Todos los posibles efectos secundarios son dosis dependiente. Cuando se utiliza de forma terapéutica, debe empezarse con dosis bajas y también ir incrementándolas de forma lenta hasta determinarse la dosis individual sin que aparezcan estos efectos indeseados.
Efectos secundarios agudos
Los efectos secundarios físicos más usuales son: sedación, alegría («high»,»volar»,»colocón»), minoración de la memoria de corto plazo, perturbación de la percepción del tiempo, incremento en la percepción sensorial, risa. En ocasiones asimismo, puede generar disforia, ansiedad, miedo, falta de confianza, pavor, sentimiento de pérdida de control, depresión y alucinaciones. Caso de que estos síntomas sean intensos, debe separarse al usuario a un sitio donde se halle cómodo y sosegarlo hasta el momento en que pasen los efectos. Las funciones cognitivas y sicomotrices se ven mitigadas y se puede llegar a observar una prudente minoración de la capacidad psicomotriz hasta pasadas veinticuatro horas de la administración de thc.
Otros efectos secundarios usuales descritos son sequedad de boca, perturbación en los movimientos, relajación muscular, verbosidad, taquicardia y en situación vertical hipotensión ortostática (baja de presión arterial que puede ocasionar un vahído) y ocasionalmente lipotimia (desvanecimiento), en un caso así el paciente ha de ser recostado, puesto que en situación horizontal se advierte un leve incremento de la presión arterial. Otros efectos secundarios más extraños son nauseas y cefaleas.
El consumo de marihuana reduce la capacidad para crear recuerdos nuevos y para desviar la atención de una cosa a otra. El thc asimismo entorpece la coordinación y el equilibrio y el tiempo de reacción. Por tanto, se ve perjudicada la capacidad de efectuar labores difíciles, aprender (preservando recuerdos en la memoria) y de conducir un vehículo.
Todos los efectos secundarios detectados son dependiente de la dosis administrada y en general desaparecen en horas (esporádicamente pueden tardar hasta 1-tres días) sin tratamiento concreto.
Efectos secundarios en una terapia a largo plazo
Se ha descrito desarrollo de tolerancia para muchos de sus efectos, entre ellos los psíquicos, los inconvenientes psicomotrices, el efecto sobre el corazón y la circulación, sobre el sistema hormonal, la presión intraocular y el efecto anti-vomitivo (minoración de nauseas y vómitos). Tolerancia quiere decir que los efectos menguan con el tiempo a lo largo del empleo del cannabis y puede aparecer tras un consumo repetido en el trascurso de múltiples semanas, a diferentes dosis y conforme para los diferentes efectos.
El cannabis tiene potencial de adicción, la dependencia no habría de ser un inconveniente relevante en el de ser utilizado como fármaco, no debería darse síndrome de abstinencia. No se ha descrito dicho síndrome en pacientes que han sido tratados con thc a lo largo de un buen tiempo mas sí en su uso recreativo, consistente en síntomas psíquicos (ansiedad, irritabilidad, insomnio) y físicos (salivación, diarrea).
También se ha descrito que el consumo de cannabis puede agudizar el curso de una psicosis y en personas predispuestas puede asimismo apresurar o bien provocar la instauración de un cuadro psicótico. Las reacciones psicóticas en un corto plazo dadas por concentraciones altas de thc son diferentes a los trastornos de mayor duración, similares a la esquizofrenia, que han sido asociados con el empleo de cannabis en personas susceptibles. Por suerte, ciertas investigaciones apuntan que el cannabidiol (cbd) puede en ciertos casos reducir este género de reacciones.
Los cannabinoides pueden ejercer complejos efectos sobre las hormonas sexuales masculinas y femeninas, que no tienen relevancia a dosis bajas empleadas como fármaco. Se han descrito ciclos anovulatorios eventuales y deterioro de la producción de espermatozoides. En estudio en animales con dosis altas de thc se ha producido una esencial eliminación de diferentes mecanismos del sistema inmune, al paso que a bajas dosis puede generar tanto un efecto inmunosupresor como inmunoestimulador. El cannabis no acelera el curso del VIH/SIDA, si bien la administración crónica de thc puede ser perjudicial en otras situaciones de inmunodepresión individual.
La entendimiento de los efectos en un largo plazo de la marihuana en el cerebro es limitada. Los resultados de las investigaciones sobre de qué forma el consumo crónico del cannabis afecta la estructura del cerebro, por servirnos de un ejemplo, han sido inconsistentes. Puede que los efectos sean demasiado sutiles a fin de que sean detectados de forma fiable utilizando las técnicas actuales. Un inconveniente afín se plantea en los estudios sobre los efectos del consumo crónico de marihuana sobre la función cerebral. Si bien los estudios de imágenes (resonancia imantada funcional o bien fMRI, por sus iniciales en inglés) muestran ciertas perturbaciones consistentes en los usuarios crónicos, la relación de estos cambios con el funcionamiento cognitivo es poco clara.
Una pregunta incesante en este campo es si las personas que dejan de fumar marihuana, aun tras haberla consumido en grandes cantidades en un largo plazo, pueden recobrar ciertas de sus habilidades cognitivas. Una investigación reporta que en los usuarios establecidos de marihuana en un largo plazo, la capacidad para rememorar las palabras de una lista se vio perjudicada hasta una semana tras haber dejado de emplear la droga, mas volvió a la normalidad tras 4 semanas. No obstante, otro estudio halló que los efectos de la marihuana sobre el cerebro pueden acumularse y con el tiempo pueden estropear las habilidades críticas de la vida.Estos efectos pueden ser todavía peores en pacientes con otros trastornos mentales o bien a resultas del proceso normal de envejecimiento.
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